La tierra es nuestro hogar, todo se nutre de ella.

Desde siempre el hombre ha recurrido a ella para superar dolencias. Los animales enseñaron algunas, al utilizarlas ellos, gracias a su instinto, por ejemplo para las picaduras de insectos. Ya desde hace siglos, médicos egipcios, árabes, griegos, sabía y usaban sus virtudes. Posteriormente, en el siglo XIX, médicos y científicos europeos comprobaron con su experiencia lo útil y beneficiosa que resulta para el hombre.

Existen diversos tipos de tierra, pero la más usada para fines terapéuticos es la arcilla. Es muy importante el lugar de extracción, ya que debe estar libre de basuras y excrementos de animales. Por eso es bueno excavar y usar la que está a cierta profundidad.

Al mezclarla con agua se obtiene el barro o fango utilizado en las terapias. También se puede cambiar el agua por infusiones de hierbas, según cada dolencia, haciendo más eficaz el tratamiento.

Propiedades

Las arcillas y barros destacan por su gran capacidad de absorción de toxinas y por el aporte de minerales en grandes cantidades con rapidez y eficacia. Son potentes antisépticos, antiinflamatorios, absorbentes, descongestionantes, purificantes, cicatrizantes, refrescantes, y calmantes.

Si hay una inflamación superficial producida por golpes o picaduras, desinflama, alivia y refresca la zona, debido a su capacidad de absorber el calor, mejorando la circulación sanguínea.

Logra la descongestión de órganos internos, como los riñones, hígado, estómago, desarreglos digestivos, acidez…

Es útil contra el estreñimiento. Éste se produce al aumentar la temperatura interior del cuerpo, por lo que al colocar una cataplasma de barro sobre el vientre se absorbe el calor excesivo, fluyendo la sangre hacia la piel descongestionando las entrañas.

Es un potente antiséptico inhibiendo el creciemiento de elementos patógenos, eliminándolos.

Es muy usado en estética gracias a la capacidad de absorción que atrae hacia sí las toxinas acumuladas bajo la piel. Las aplicaciones de barro sobre el cutis y el cabello los limpian de impurezas y grasa.

Su acción purificante elimina las sustancias morbosas que producen los granos y forúnculos. Así mismo, ayuda a la cicatrización de llagas, heridas y úlceras por su capacidad de favorecer la regeneración celular.

Estas propiedades logran una acción calmante, al eliminar sustancias tóxicas, descongestionar y purificar en general nuestro el cuerpo. Se puede usar en zonas doloridas para aprovechar el efecto calmante.

La tierra es un elemento vivo que transmite al cuerpo sus propias energías ayudando a reactivar y estimular las funciones naturales del mismo. Por lo tanto es recomendable tomar un baño, ya que revitalizará el organismo, aunque no haya una dolencia específica a tratar.